El sábado, sobre las tres de la tarde, Antonio y yo nos desplazamos hasta la localidad de Cuerva. En el macizo central de los Montes de Toledo y a tan solo 100 Km de Madrid, se encuentra El Castañar, una de las fincas privadas más grandes y mejor conservadas de España.
Con una extensión de 6800 hectáreas de sierras, valles, rañas y dehesas, El Castañar es el hábitat idóneo para los animales silvestres que allí habitan: ciervos, jabalíes, gamos, águilas y buitres, son especies que puedes encontrar en el interior de la finca.
En la finca El Castañar se desarrollan la mayoría de las modalidades tradicionales de la caza mayor y menor practicadas en España desde la antigüedad. Hay constancia histórica de cacerías reales en El Castañar desde hace más de 600 años, desde las que se citan en el Libro de la Montería del Rey Alfonso XI de Castilla, hasta la actualidad. S.M. El Rey D. Juan Carlos I cobró su primer jabalí en El Castañar, en 1949.
La entrada a la finca la hacemos por una de las puertas, la del rincón del toro. La finca tiene muchos caminos, pero solo uno es público. Nada mas entrar, vemos que los arroyos llevan gran cantidad de agua, por lo que las previsiones de ponernos de agua y barro hasta los ojos, se iban a cumplir. Para esta ruta, es necesario tener una buena bicicleta, ya que la segunda parte de la ruta transcurre por sendas y caminos de muy mal firme.
La primera parte de la ruta transcurre por la zona de la dehesa: son tierras de labranza y cría de toros bravos, los caminos suaves y más bien llanos, pero con continuos charcos y chorreras de agua. Antonio al principio era reacio a mojarse los pies, pero con el paso de los kilómetros y los arroyos pronto cambió de parecer.
Sobre el km 15, nos encontramos con una presa Romana, (espectaculares las dimensiones de las piedras que lo forman y cómo lo tenían canalizado para abastecer de agua a los pueblos de la comarca); nada más pasar la presa, giramos a la derecha en dirección a las rañas y al monte.
Antes de entrar, en la zona más bonita de la ruta y en pleno avituallamiento, suena el teléfono: es nuestro compañero Alfredo, que está preparándose para este martes, en compañía de Depi y Huracano, ir a Gredos y hacer senderismo de alta montaña.
En este punto está la Vereda del Fraile, un paso de algo más de dos km y de medio metro de ancho (una pasada). Está totalmente prohibido el tránsito de vehículos a motor; nos cruzamos con compañeros de Sonseca, que la están haciendo en dirección contraria. Es aquí donde la Trek Fuel y Specialized Epic dan su mejor rendimiento, gracias a su doble suspensión y frenos de disco. Después de cruzarnos con algún ciervo, llegamos al convento. Es el convento franciscano de Nuestra Señora del Castañar, en donde vivieron, a lo largo de sus cuatrocientos cincuenta años de existencia, confesores, ascetas e ilustres teólogos y que albergó al Cardenal Cisneros quien, según cuentan, fue prior del convento e hizo construir una choza de mimbre y barro para retirarse a orar. El monasterio tuvo que ser abandonado hacia el año 1835, como consecuencia de de las leyes desamortizadoras y quedó totalmente destruido hace mas de 150 años.
Después de hacer las fotos de rigor y ya con el tiempo muy justo, nos dirigimos a buscar la salida de la finca muy cerca del lugar por donde entramos. A las 8:30 de la tarde y entre dos luces llegamos a Cuerva (49 km recorridos), agua, barro y la sensación de haber realizado una de las rutas más bonitas de la zona. Antes de salir de Cuerva y para no perder las costumbres de Alfredo, confitería y un pepito para el cuerpo.
El jueves, carrera de 6 km en San Martín de Montalbán y el sábado ruta de btt con Cesar, Carrasco, Jesús…… ya contaremos.
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